domingo, octubre 30, 2005

Micropoemas para una mañana

1
Nuestros cuerpos
hechos a medida
salvo el matiz
de mi suerte.

2
Viviendo (que es gerundio)
entre botellas
vacías (ajenas)
que liberan
su presencia agrietada
o sed artificial.

3
Es como ser un jaguar,
agazapado esperas
el momento,
esquivas los coches
de la carretera.
Todos.
Las gotas de lluvia
o formas de vida
del parabrisas.

jueves, octubre 27, 2005

09:27


Se las prometían muy felices,
se daban pellizcos de sal en las mejillas
en esta habitación siempre es de noche,
decían
tocan a muerto allí donde nacimos
dos, tres campanadas
los búhos, el frío…
La estación de autobuses
abriéndose paso entre las legañas, 09:27
un beso peso medio
o bajo en nicotina
de despedida.

jueves, octubre 13, 2005

Non Stop


Está el día nuboso y amarillo
como los dedos del tabaco,
pienso en el verano 05
sus fines de trayecto,
se estarán revolviendo las hojas laminadas
-los números negros, el abrazo rojo
de cada día-
en el fondo del cubo.
Somos lo que comemos, dicen
[por eso tiramos el envoltorio
soy todas las mañanas
a las 16.00
y esa leche caducada
por falta de desayunos.
Por eso quizá me gusta tu cuerpo amable
conmigo
y tu sonrisa non-stop
amplia como el primer baño de espuma
de mi niñez.

lunes, octubre 10, 2005

Mi suerte

Fuera de tu cama
hace un frío que quiero olvidar
dentro
la red de calor humano,
el nudo que hacen nuestros cuerpos,
el beso que te doy a oscuras,
en silencio
pues no quiero que te despiertes.
Quiero verte dormida
quiero ver tu cara extraviada
de una película en blanco y negro.
Quiero ver el milagro.
Forras de acero el hilo del que prende mi vida
con un beso exacto y cálido
como tus 21 años
[cumplidos en mis brazos.

sábado, octubre 01, 2005

Cicatrices

Después del ataúd
preveo que tendré que pasar
los rayos de luz por la batidora.
Alrededor de la furgoneta, la mañana
mantiene a ralla la distancia
insalvable entre el cielo y los campos quemados
por el agua de los aspersores.
A veces hay pinos como llamaradas verdes
salvajes y ásperos
llamaradas verdes que se estremecen
con el frío del primer llanto de Otoño.
Este frío no entiende de amigos
ni de recuerdos
sacude las mantas de bebé en los tendederos
le doy pan duro a un pastor alemán
que tirita de frío y me lo agradece
haciéndolo crujir en sus fauces de perro solitario.
Te vas acostumbrando al silencio
y le haces sutiles cambios románticos
a lo que llamas tesoros de mi memoria
historias fantásticas, sueños en un saco
con demasiados agujeros, ese hatillo
que se ve desbordado por tu tesoro y por tus
sueños lejanos, acristalados, quebrados por este frío
este frío
esta mañana
que es todo lo que tienes.