martes, julio 21, 2009

Vecindad

Tengo una vecina que se llama Ane y que cree en una revolución en el mundo,
no acepta mis sueños de reforma sacados de Futurama
solo concibe un golpe certero en los huevos del sistema,
es guapa aunque recientemente tiene la cara un poco estropeada
a la altura de las mejillas
es pequeña y vasca
con unos dientes bonitos, blancos pero no insultantemente blancos,
un poco abultados, creo que son dientes de saber mucho sobre la vida.
Ane piensa a lo grande siempre
no acepta nada que no sea sustituir el Empire State Building
por una secuoya capaz de suministrar por sí sola oxígeno
a toda la Tierra,
para que el resto de los árboles solo sirvan para dar sombra
y den color a la pradera infinita.
En mi utopía habría una sobreoxigenación del cerebro del Hombre
y con ella un estado de euforia que despertara el Arte
que lleva dormido desde Atapuerca. El único artista es el viento cuando
se pone serio y limpia de edificaciones los terrenos del mundo;
también hacen arte, si me apuras, las placas tectónicas que esculpen con hiperlentitud

la fisonomía de la Casa.
En la cabeza de Ane todo funciona, es un juego perfecto,
a mí me recuerda a cuando estudiaba psicoanálisis en la facultad de Psicología
entre polvo y polvo, entre copa y copa. Nadie cundió 600 € como yo lo hacía,
nadie.
Ane se acuesta con chicos negros que la mantienen cerca de África y sus ritmos
-los únicos ritmos legítimos-,
estos chicos entienden su castellano afilado
pero el mío no, en parte porque hablo rápido siempre
como contando un chiste, ese soy yo, el chico de los chistes
contados en el metro, subiendo tanto la voz que te da vergüenza
estar conmigo.

jueves, julio 16, 2009

Zihuatanejo


Tú y yo somos como el Mar del Caribe
y el Océano Pacífico
que necesitaríamos que se quebrara América
para poder volver a besarnos
en la boca.

lunes, julio 13, 2009

Instrucciones para montar una tienda de campaña

Tienen un coche rojo,
él a mayores tiene una chica con el pelo rojo,
que es asistir a la función de la vida
en un asiento VIP sin fin,
ella acaricia su brazo
monumento funcional
rompeolas de carne gris
delante de todos nosotros.
Me hablan de su tierra
no nos podemos ir de aquí
Madrid acabaría con nosotros,
me explican que desde su apartamento
se oye el mar por la noche
cuando el camión de la basura
termina de serpentear por las calles vacías.

En las inmediaciones de las gasolineras
hay putas de alta mar
que les cambian la pila con la lengua
a los inteligentísimos marineros asturianos,
miran el mar en los ratos muertos,
el mar es el único ente globalizador
que se conoce
el mar vive un noviazgo violento con el tiempo.
A mí me cuesta añorar mi tierra,
teníamos un pinar cerca y caminábamos a veces por él,
hacíamos agujeros en la tierra para desalojar nuestro vientre,
enterrábamos revistas porno muy lejos de casa
y las usábamos para desalojar otros órganos
a la espera de los vientres
de las mujeres más desdichadas de la Tierra.


Intento evitarlo con todas mis fuerzas
pero pienso en su muerte, al fin,
[sus sabios y dulces abuelos
-algunas veces acaudalados-
casi la tocan ya con la cachaba]
les compadezco con toda la fuerza de la que es capaz
la destartalada tienda de ultramarinos
que es mi corazón,
me parece trágico dejar tantísimo
a este lado del abismo.

miércoles, julio 08, 2009

Love me two times

A esta chica se le podría acusar de muchas cosas
pero no de sonreír demasiado,
bajaba por el tobogán de la vida muy feliz
con una sonrisa resumen de algo
que aún hoy desconozco.
Podríamos decir que era una chica nocturna
-probablemente aún lo sea-
porque las decisiones se tomaban siempre
de noche.
La sonrisa de ella viaja por el tendido eléctrico
que abraza hasta el rincón más inhóspito
de España,
y llega a mí y me dice:
chiquito, abrocha bien el día de hoy,
estira tu traslúcida fe
enciende las luces, abraza la vida civil
con esos abrazos tuyos terribles y terminales,

que blasfemas el tiempo con tu irreflejable
cuerpo desnudo;
te abrocho yo si tú no puedes
¿quieres que te bese? ¿quieres verme pasear
en bragas por tu piso a las 11?
¿quieres ser el propietario de mi bronceado?
¿quieres limpiarlo –de esto estoy segura que sí-
como la noche limpia tus defectos
y construye el fenómeno más asombroso de la creación:
mi aisladísimo deseo hacia ti?
Tu cuerpo es la antología de los deseos, dije,
tu cuerpo descansa en colchones que yo solo podría pagar
con una financiación a 24 meses.