A todo se acostumbra uno
incluso a vivir en tus periferias;
después de ti, el océano Atlántico
salvaje y eufórico, en portugués.
La otra cara de Portugal,
la del mar cenando el sol naranja
y las tienda de conchas en la arena,
o cómo cabalgar la tristeza
y fingir llaves de hotel
para despertarme aquí,
pero con sábanas almidonadas
y tu ropa encima del mensaje
de bienvenida del televisor.
Bueno, tengo una toalla
y una bonita vista desde aquí,
tengo excusa para sentirme bien,
casi lloro, es cierto:
Amo-te moito Barbara
por poco arruino su mensaje
pero por suerte,
lo podrán leer los peces esta noche.
One response to “Periferias”
Ya sabes... no hay nada mejor que las periferias.
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