Si pudiera mirarte con ojos asépticos
pensaría en ti también
pero de otra forma:
como una flor de nieve
en medio del desastre cotidiano
-significas mucho-.
Tengo entre las piernas
la mitad del cuento,
hasta donde se amagan besos
supongo,
hasta que decides que podemos
follar sin perder el tiempo,
-porque nos morimos-
sin intermediarios;
podemos ir directamente
a lo de marcar a fuego fotogramas
de nuestra* vida
en mi memoria.
*(nuestro calabobos)
One response to “El truhán de Chamberí”
Un consejo (si me lo aceptas...):
Olvida los ojos asépticos (al final terminan ensuciándolo todo), olvida los intermediarios (demasiada lentitud entre las manos)... quédate con las flores (aunque sean de nieve), los cuentos entre las piernas (aunque no estén completos) y las marcas a fuego (estén dónde estén)...
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