La noche es la falda de una institutriz,
su color al menos es ese,
su azul oscuro es un segundo hogar
que zumba
como el gong de las noches que bebía sólo
-con y sin tilde- para olvidarte.
He llegado a mi dormitorio
borracho por segunda
o tercera vez en esta semana
y eso que es jueves,
el desastre reina por doquier,
el estado de excepción
va ganando terreno en todos los aspectos
de mi vida,
más me vale que sea un genio,
más me vale que alguien apueste
por estos versos
disfuncionales y delirantes
como yo.