El estúpido que hay en mí
añora a veces
un puré de verdura
analgésico de espaldas
ron en la nieve
traído por un perro
invisible
El estúpido que hay en mí
añora
y humilla los pasos
encerrándose
en el baño del trabajo
añora
y cierra con
sus zapatitos de 23 €
Y vuelve mirando
la alfombra azul
mientras corona estadísticamente
el ecuador de mi vida.