El panorama aquella noche eras tú,
como lo pasabas bien, sonreías,
lo que había en tu boca
era una nube tridimensional y densa
cargada de futuro,
blanca.
Los pendientes que llevabas colgando de las orejas
agitaban las alas rápido,
como la danza de dos palos prendidos
en el interior de un pozo,
yo sentía en la lengua la fruta tan hinchada de la sangría
y besaba con parsimonia,
amor, le sobrevivirás al papel moneda.