Aquel día hacía 18,
-seguro que alguna vez te lo he dicho-
recién llegados a casa pusimos la tv
casi veo el 2º avión en directo,
todo aquel humo y
los mensajes que hablaban de la guerra
era casi divertido,
era como ver por la tv violar
a tu novia
100 años antes de haberla conocido
y sonreir,
yo tenía 14 ases en la manga,
y mi padre otros cuantos más
-no sabes cuánto dolió contarlos-.
Hoy se me ha revelado todo
tan sencillo
y trago agua
y más agua
para superar esta montaña de sal
a la que llaman
cataclismo.
Burla sobre el poema anterior
Para cataclismo
aquel juego con la cremallera
que a mitad del zip
apagó las luces
para no volver a encenderlas
nunca más-