miércoles, diciembre 28, 2005

Mi versión de los hechos

La chica se llamaba lluvia
-tenía el nombre de esa flor
que dibuja un mordisco
en la mejilla-.
Se contorneaba en la oscuridad,
decía con cuidado
que la fascinaba la hondura
de mis ojos de vagabundo.
La noche estiraba las piernas y
ella propuso el juego de las palabras
sin traducción,
como luar, por ejemplo
–luz de luna-,
decía que yo parecía no temerle
a nada:
sorbes de la copa
como si fuera la última bombona
de oxígeno del Planeta.
Me gustaba de ella
su belleza limpia y vertical,
como una manzana
limpia de motas.
Lástima
que ella no fuera una de ésas
y que yo fuera
la sombra de la sombra
del humo de mil cigarros.

sábado, diciembre 24, 2005

El coste. Las magulladuras de rascar mugre. En calles sombrías la helada. El poema más largo del mundo.

Puedo leer la contracrónica
de lo que pasa en el envés
de tus sábanas
en tu forma de reconstruir
el recién abandonado
surco blando de la noche.
La Navidad nace esta vez
súbitamente,
con cara de lunes de comisaría,
mientras nos prometemos
una ciudad a medias;
tienes la cadencia –te digo-
del alivio de la angustia
o terremoto sin cuerda,
sin mesa de nogal
o frío desde los tendones.
Tienes esta noche
ese aliento de alquimia,
esos besos recién nacidos
que se guardan en el fondo falso
de la maleta,
tienes ese silencio silbante
mientras duermes.
Yo a estas horas soy un Mazinger Z
de prestadillo,
pero sigo jugando,
sigo en mis trece a los veintidós.

PD- Me llama un amigo
a las 3.30 y me pide
que nos precipitemos por el sumidero
una noche más,
yo desnudo en la cama sin ti.

martes, diciembre 13, 2005

Besos en el aire (Falta de puntería)

1
Me asomo a la luz de los charcos,
ahora que dos millones de penas
encorsetan la ciudad.
Aún recuerdo la sangre
en la comisura de los ojos.
A los poetas de mi generación
les salen versos mal
traducidos del inglés,
yo por mi parte, espero a que
me empitone el sueño
en una de esas noches, ya sabes.
Las chicas, -las buenas chicas- se enamoran
de dibujos animados y
no lo hacen
como en las películas, es más
te miran con cara de pena después.
Tú deseas ser fumador, entonces
pero te conformas con viajar lejos
l e j o s
y cerrar los ojos;
embarcas en tus párpados
que son el tren de lejanías
y el escudo de los que dispones ahora
que estás tan desnudo y solo.

2
Ella fumaba anillos de humo,
daba caladas débiles
a sus cigarrillos bajos en cáncer,
ella dejaba adornar su dormitorio
con mi circo de pulgas.
Yo no sabía si aquello
era la última vez, por eso
confeccionaba besos de suicida
en su espalda,
también en su boca
o inyección letal.

viernes, diciembre 09, 2005

Luciérnagas

Tu cuerpo es la antología de los deseos,
en él caben las amapolas de cemento
y el viento gris de los estornudos.
Sabe tu cuerpo a las cosas que saben a vida
y se queda en el paladar por siempre,
digamos que es la especia perpetua
[de mi boca.
Trotan luciérnagas
de tenue plumaje por tu espalda
-habla quien no vio las moscas de la luz-
las toco con estas manos de encarcelado
las despedazo como pan blanco en la fatiga
las pruebo con mi saliva de zinc y río,
río porque sienta bien estar a este lado del engaño.

jueves, diciembre 01, 2005

Delirios

Interpreto con estos dedos
de alcohol y tristeza
las zonas erógenas de la muerte.
Tumbado sobre la permutación de los posters
rasgo las sábanas
en la República de los pies de mi cama
buscándote
creyéndote quizá
regurgitando el sabor de esa ropa interior
-ella parecía real y mía-
que ya no desprenderé a bocados
de tu cuerpo de agujas de coser
[tu cuerpo de tejidos salvajes.