pego la oreja a un vientre,
para saber donde hemos estado
todo este tiempo,
en la nevera la navidad que pasa de largo
esta vez,
los palitos de cangrejo viven allí
tan sucedáneos como el amor
que dura.
Pego la oreja a un vientre:
eres mi de-vez-en-cuando,
mi este-es-el-último favorito,
son excusas de adicto largas –lagers-,
tú lo sabes bien,
son el cuello
de una avestruz preñada
de dolor.
2 Responses to “Recuerdo congelado”
Tío, se te va la vida en ello. Me encantas ( si no fuera tan heterosexual te follaría)
A ver si nos vemos el finde y le damos pa'l pelo a 400 con "nuestro Ferlinghetti"
Pasaba por aquí y creo que me quedo... Me encanta.
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