Me imagino que será procurar, un trabajo inmaterial, cerebral; me gusta que me dé el sol mañanero de invierno igual que da a las estatuas, con suavidad. Me gusta el sol, las calles con sol . Me he pasado 6 meses en casa, en pijama, aunque esto no es del todo cierto.
Ya no tengo 15 años, no sé porque uso tanto esa expresión, 15 años, no sé donde andaría yo a los 15, cuando yo tenía 15 años rondaba el año 1998 y el año 1999, como el disco de LOL. Recuerdos tenues, como de lápiz duro, me trae a mí alguna canción de los Love of. O no tan leves, vete tú a saber.
Lo que quiero decir es que, joder, son 6 meses en casa por muy mentira que sea. Ya ves, 2010, no me digas que no suena a futuro. Vivimos en años futuristas. Ya con naves especiales y tú aún no me has dado un beso . También mentira, claro. Porque sí me has dado algún beso, una semana de besos o casi, si eso de alguna forma fuera posible. Luego está el tema de los poemas y sobre todo de los poetas a pachas. Muy mal esto, fatal. Muy mal el veneno del S XXI, qué receta más compleja lleva, como el tabaco entre polvos, el humo en la cara, sentirse una máquina expendedora, la música de mierda y la música a pachas que tampoco es plato de buen gusto aunque uno ya está acostumbrado al arte de la disociación.
He montado muchas veces en avión, muchas más de las que de verdad me corresponderían. Sigo contando las cosas que taponan los oídos, es difícil quitarme lo cateto, los aviones, las chicas, las mujeres. Leo mucho a Umbral, pero es una putada porque solo escribo en sueños y luego no me acuerdo de una mierda. Bueno me acuerdo de “dómina de mis insomnios”, fíjate qué pedazo de mierda o “actora de los hechos, clítoris de rosa negra, vudú marino” o por contra me acuerdo de poemas de David Yáñez sobre chicos con zapatillas embarradas y princesas de innumerables dígitos, mires donde mires. Mires donde mires. También sale alguna idea sobre pedirle a alguien que aguante a tú lado hasta que el corazón afloje, esto es muy fuerte. Pero soy el de siempre, ya sabes: me gusta la redundancia de dormir contigo, a secas. Me gusta mucho tomar demasiado café, me siento capaz de abrir los ojos del todo y eso también es muy fuerte. A mi a querer me enseñó una bruja falsísima, y ni tan mal. No quiero abrir los ojos del todo, quiero la vida miope donde te conocí y te perdí. Esto va por ti y por ti, claro. Si no de qué.
El lunes de la semana que viene empieza mi nueva vida. Nuevo trabajo. Gran empresa. Qué raro ahora temer ser un Anónimo. Un Don Nadie en Madrid. Fíjate. Es tan bella la ruina . De verdad que no te creerías el Docureality de estos meses. No veas cómo llovía, no veas qué dolor de piernas, no veas qué vagina de diamantes, no veas qué dificultades, qué insomnios.
Nos vemos en Madrid.
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