El fantasma de las Navidades pasadas
La historia estratégica de nuestras vidas
nos dejó sin una puta Navidad juntos,
tu último grito
era el último grito en amor
en la fontanela del siglo:
deseo, sequedad bucal, ganas de vomitar
a tu lado
y todas las cosas posibles.
miércoles, diciembre 31, 2008
jueves, diciembre 04, 2008
50 años de hipoteca
Mi padre vivió 51
pero firmé,
todo por ver tus huesos
entre cuatro paredes mías,
-darle la vuelta
al segundo juego más antiguo-.
Por aquí
hemos visto crecer milímetros
a las montañas,
hemos
enfriado cervezas en 2 segundos
mientras nos caían 40
-aquella broma de que ojalá
fueran de píe
que justificaba años después
mi risilla entre lágrimas,
el día que se fue Andrés,
nuestro hijo pequeño-.
Voy a arreglar hoy los papeles
-todavía papeles-
del pisito (así lo llamábamos
en los dos miles)
soy un anciano
con una próstata de fibra de carbono.
pero firmé,
todo por ver tus huesos
entre cuatro paredes mías,
-darle la vuelta
al segundo juego más antiguo-.
Por aquí
hemos visto crecer milímetros
a las montañas,
hemos
enfriado cervezas en 2 segundos
mientras nos caían 40
-aquella broma de que ojalá
fueran de píe
que justificaba años después
mi risilla entre lágrimas,
el día que se fue Andrés,
nuestro hijo pequeño-.
Voy a arreglar hoy los papeles
-todavía papeles-
del pisito (así lo llamábamos
en los dos miles)
soy un anciano
con una próstata de fibra de carbono.
martes, diciembre 02, 2008
Ochocientos ocheinta y dos
a las cuidadosas mujeres de mi vida
Ella me sintió enfermoy puso el agua a hervir,
echó arroz Hacendado,
lo escurrió
y le puso el zumo de dos limones
cuidando de quitar las pipas
con el dedo índice y corazón
de su pequeña mano derecha,
me tocó la tripa
y después bajó un poco,
se sentía como la caricia involuntaria
de una monja
como queriendo hervir el Pacífico
con un zippo,
sus ojos eran como los de mi abuela
que bebía a escondidas
y me alimentaba los sesos con letras.
miércoles, noviembre 26, 2008
El síndrome de Wendy (interior/noche)
I grin grin grin...
Charles Bukowski
Sus piernas eran largas y no tenían cabo,
se movían por la habitación
como un macho cabrío con esa habilidad
mágica y oscura de andar
que viste en aquella película.
Sus piernas eran largas
daban dos vueltas a mi torso,
subían a lo más alto,
aguantaban la perspectiva
protegiéndose del sol con la palma,
igual que en aquella foto
-3º de EGB, Américo Vespucio-
y se ahondaban en la tierra
a la velocidad de los tranvías.
No tenían cabo tampoco,
cerraban el círculo que se abrió
con el parpadeo o los fogonazos
de aquellos programas calientes de tv
que veía a oscuras
cuando todavía creía en los pecados
y me recreaba enfermamente
en piernas casi tan largas y en culos
solamente parecidos.
martes, noviembre 11, 2008
Hostelling International. NYC 2006
Ella se mordió el labio
y tardó un siglo en decir:
el apartamento está
en Amsterdam Avenue,
espero que te gusten las alturas
tanto como creías;
llovía endemoniadamente,
habían muerto ya todos nuestros abuelos
y nuestros padres
respiraban por una máquina,
espero que a ti no te cueste
demasiado
amar a alguien con un trabajo tan pobre,
salté como un resorte.
y tardó un siglo en decir:
el apartamento está
en Amsterdam Avenue,
espero que te gusten las alturas
tanto como creías;
llovía endemoniadamente,
habían muerto ya todos nuestros abuelos
y nuestros padres
respiraban por una máquina,
espero que a ti no te cueste
demasiado
amar a alguien con un trabajo tan pobre,
salté como un resorte.
sábado, noviembre 08, 2008
el juntapalabrismo (con todo el cariño del mundo)
Imitando a Elia Maqueda
La lluvia que tienes en tu interior
-nos miramos-
sabe
nuestros secretos incandescentes
de alcoba,
todos los microbios
que nos hemos intercambiado este año
son el premio
a mister guitarra
que ganas cada día que te peinas.
Imitando a Roberto Domínguez (modo braguitas de mi novia)
No era suficiente Londres,
en la parada de metro
me besaste el pelo
y me clavaste tus uñas de corista
en la crisma
cruzamos el umbral de mi casita
a las 17.17,
dos días y dos noches
me tatuaron las sábanas en la cara
y el women´secret en el ombligo.
(modo trascendente)
Cómo caen los índices
qué hermosa metáfora
sobre la flaccidez del miembro
terrestre.
Imitando a David Yáñez
# 1
Te dije
chica,
no le puedes poner puertas al monte
y menos aún si es el de Venus
donde desayunaba a los 22.
# 2
Me he puesto de rodillas
ante ti
me has pedido cinco clímax
- océanos rosáceos -
como solo las mujeres
11 pueden hacer,
llorando.
La lluvia que tienes en tu interior
-nos miramos-
sabe
nuestros secretos incandescentes
de alcoba,
todos los microbios
que nos hemos intercambiado este año
son el premio
a mister guitarra
que ganas cada día que te peinas.
Imitando a Roberto Domínguez (modo braguitas de mi novia)
No era suficiente Londres,
en la parada de metro
me besaste el pelo
y me clavaste tus uñas de corista
en la crisma
cruzamos el umbral de mi casita
a las 17.17,
dos días y dos noches
me tatuaron las sábanas en la cara
y el women´secret en el ombligo.
(modo trascendente)
Cómo caen los índices
qué hermosa metáfora
sobre la flaccidez del miembro
terrestre.
Imitando a David Yáñez
# 1
Te dije
chica,
no le puedes poner puertas al monte
y menos aún si es el de Venus
donde desayunaba a los 22.
# 2
Me he puesto de rodillas
ante ti
me has pedido cinco clímax
- océanos rosáceos -
como solo las mujeres
11 pueden hacer,
llorando.
miércoles, noviembre 05, 2008
domingo, octubre 19, 2008
El pequeño bolchevique que hay en mí
Su último pensamiento antes de despertar fue el pequeño bolchevique que hay en mí. Aquella mañana amaneció como una pila de libros alemanes en caída libre dejando huella en el piso, aquel día amaneció siendo aún de noche. Tras aquel desayuno de siempre que según esperara o no a ver actuar la leche, era crujiente o mierda de gato, salió de casa y metió las llave y accionó el contacto del coche. Pensó hacerlo pero no lo hizo, antes de entrar en el coche le dedicó una mirada a las letras con dedo sobre el cristal manchado tu padre es una vergüenza para nosotros, solo miró y esta vez no lo limpió como solía hacer cada día. Condujo. Advirtió que estaba en la reserva y se dirigió hacia la gasolinera. Ahora en las gasolineras tú eres el empleado y el cliente, así que eligió la manguera adecuada y la metió en el agujerito adecuado no sin antes apuntar a los zapatos y soltar treinta céntimos de gasolina. Se llevo las manos a los bolsillos, hacía mucho frío, -en aquella tierra que haga frío entraba dentro de lo normal- buscando una cerilla que llegados a aquella época de la historia, solo servían para camuflar los baños recién contaminados. No había cerillas. Joder. Se le habían acabado las ideas para mejorar el movimiento de píes en el baile. Se echó a la carretera. La noche era pegajosa, olía bastante bien aunque parezca mentira, era pegajosa/olía a lluvia & estiércol, pensó, luego lo olvidó y siguió conduciendo por la noche. Pensó en renos hábiles que se te cruzan y a las tres horas eres un buen chico y todo el mundo pasa a recordar todas aquellas cualidades, sobre aquellas balas de madera tan limpias que te ves lo bien o mal peinado que vas. Sintió una mano en el hombro y pensó en su padre. Se puse aquel cd, -aquellas canciones-, en verdad solo oía dos hasta que perdían cualquier significado que hubieran tenido jamás. Qué equilibrio inmundo. Después dio frenazo, la noche se había disuelto en agua, estaba en aquella fase marica de las noches, la noche se había vendido, pero hacía frío. Se bajó del coche en medio de la carretera pensando en el servicio militar, tan amenazante y enderezante y al final nada, pasó de lejos, ni siquiera hubo que hacer el paripé de los papeles. David fue y se le pasó en la garita pensando en tener una mujer, cuando volvió se arrodillo frente a Susana y fueron felices .Su padre admiraba a David y él también, gran tipo, sentía un orgullo profundo y estúpido cuando veía aquella furgoneta serigrafiada con su nombre humilde y casi anónimo.
Saltó la cuneta con riesgo. Subió el montículo y dio cinco pasos amplios, se tumbó en medio de las matas. Como te puedes imaginar se masturbó con los ojos cerrados y con la hierba metiéndosele por la nariz y las orejas. Olía a gasolina. Cerró los ojos y recordó aquel color jamón serrano del gasoil años atrás y cómo se reía su padre ante la apreciación y le animaba a darle un trago. Abrió los ojos y vio un pastor con una colilla en la boca a 5 centímetros. El día había tomado la primera comunión y jugueteaba ya con las piernas de las niñas del colegio.
Saltó la cuneta con riesgo. Subió el montículo y dio cinco pasos amplios, se tumbó en medio de las matas. Como te puedes imaginar se masturbó con los ojos cerrados y con la hierba metiéndosele por la nariz y las orejas. Olía a gasolina. Cerró los ojos y recordó aquel color jamón serrano del gasoil años atrás y cómo se reía su padre ante la apreciación y le animaba a darle un trago. Abrió los ojos y vio un pastor con una colilla en la boca a 5 centímetros. El día había tomado la primera comunión y jugueteaba ya con las piernas de las niñas del colegio.
viernes, septiembre 26, 2008
Definición definitiva
Madrid es el alcohol
-o soledad y alcohol-
y los signos inequívocos
y actualísimos
de tu cuerpo
en el núcleo de la cama.
-o soledad y alcohol-
y los signos inequívocos
y actualísimos
de tu cuerpo
en el núcleo de la cama.
jueves, septiembre 18, 2008
En la oficina
Hace más de 10 años
Carlos Villanes Cairo
me dijo
-arrodíllate delante de un libro
para no tener que arrodillarte
nunca
delante de un hombre-,
hoy en la oficina,
una vez cerrada la persiana
para que no me joda el sol,
pienso
que arrodillarse delante de un libro
es adorrillarse delante
de todos los hombres.
Carlos Villanes Cairo
me dijo
-arrodíllate delante de un libro
para no tener que arrodillarte
nunca
delante de un hombre-,
hoy en la oficina,
una vez cerrada la persiana
para que no me joda el sol,
pienso
que arrodillarse delante de un libro
es adorrillarse delante
de todos los hombres.
martes, septiembre 09, 2008
Mi dudosa habilidad
A alguien que no conozco
Yo te conocí
cuando eskribías las cosas con k,
al tiempo
te pasaste a aquello de
suave como el peligro
atraviesa tu falo imposible
la nada
hasta que su punta
toca el cielo de mi boca,
demostrando discretamente
que leías
y conocías
a Leopoldo, a Hierro
y a mí.
Esperamos sentados
a un nuevo momento reseñable
en nuestras vidas.
cuando eskribías las cosas con k,
al tiempo
te pasaste a aquello de
suave como el peligro
atraviesa tu falo imposible
la nada
hasta que su punta
toca el cielo de mi boca,
demostrando discretamente
que leías
y conocías
a Leopoldo, a Hierro
y a mí.
Esperamos sentados
a un nuevo momento reseñable
en nuestras vidas.
lunes, agosto 11, 2008
martes, julio 29, 2008
sábado, julio 12, 2008
Belleza americana
En continuación a: La caída de América (ensayos nucleares para el principio de una novela) por Roberto Domínguez (El hombre que)
América es cenizas hoy, la humareda tóxica de los rollos de película llegan hasta donde supusimos tanto tiempo que estaba Dios. La llanura es una fiesta sin sonidos electrónicos ni en la memoria, solo gritos de indio por aquello de la ironía. Las películas arden. Los hijos -que empezaron a existir en las gónadas de sus padres cuando estos aprendían de aquellos besos analógicos- sonríen enloquecidamente. El hombre orquesta, llamado así por sus mil sonoras formas de matar, conduce al gran grupo hasta la primera y la última ciudad; así lo dice la ciencia que ha quedado viva tras la revolución. Primacía: La vieja Nueva York fue la primera ciudad en caer y Recencia: la gran manzana podrida y polvorienta sería el escenario de la primera fiesta de los nuevos tiempos.
Entramos cantando canciones nuevas por el puente de Brooklyn inclinado como de escoliosis. La gran dama de plástico y vieja esperanza está muerta y huele como un perro muerto enterrado demasiado superficialmente en un jardín casi feliz. El hombre orquesta, o Sheen como le llaman algunos, patea los retrovisores de los pocos coches que se mantienen aún en píe. Seguimos cantando aquellas canciones nuevas que no son más que aquellas viejas canciones transformadas en burlas obscenas, Sinatra se revolvería en su tumba y haría tintinear los cascos de su mejor amigo. Un escalofrío común, un sentimiento compartido tan en la línea de los nuevos conceptos atraviesa el espinazo de la expedición; hasta el mismo Sheen, el maldito hombre orquesta, ese asesino que había sido un cuello blanco con 3 secretarias en otros tiempos, debe sentir alguna maldita cosa. Ojala, pensé, ojala dejemos el amor en paz. Me callo como una puta y continúo la marcha con los muchachos; qué fácil resulta unirse a las canciones y exaltarse, ya sabes, mi amor, lo hacemos por los hijos de nuestros hijos.
La gran fiesta es hoy.
miércoles, julio 02, 2008
lunes, junio 23, 2008
Mundología (ritmo extraño)
a Alberto Ferreiro
Parecía una buena idea mojar la cama
con agua del frigo,
para poder dormir con este calor
-pero no salió como imaginaba-,
no se incuba bien el limbo entre alcohol
y los nervios a flor de piel
de esta forma;
la mezcla era sexual
los primeros 5 minutos
pero tras eso,
me alojé en el otro gran limbo
-vida y sueño-.
Soñé soluciones enfermas y simples
para arreglar el puzzle enfermo de mi vida
a puñetazos,
pensé que solo puedes creer en una madre
pues eres una tripa amputada
que anda y respira
y bebe,
sobre todo bebe.
No me he despertado todavía.
jueves, junio 05, 2008
martes, mayo 27, 2008
Luego reí
Vestía y bebía
un combinado femenino
y barato
de esos que se consiguen
en los sitios
donde todos pueden entrar.
Fue verla,
cerrar el grifo
-llevaba puesto un gin-
y abrir los pulmones
para ser yo
en el sentido más estricto
de la palabra,
-chirriaban los columpios,
olía a pan de untar
en otras casas-.
Lo hicimos con la ropa puesta.
-------------------------------
Roberto dice que lo nuestro es 1 a 3
un combinado femenino
y barato
de esos que se consiguen
en los sitios
donde todos pueden entrar.
Fue verla,
cerrar el grifo
-llevaba puesto un gin-
y abrir los pulmones
para ser yo
en el sentido más estricto
de la palabra,
-chirriaban los columpios,
olía a pan de untar
en otras casas-.
Lo hicimos con la ropa puesta.
-------------------------------
Roberto dice que lo nuestro es 1 a 3
sábado, mayo 24, 2008
Libélula
A sonreír me enseñó mi padre y no fue una tarea fácil. Tenía mi padre al igual que yo una dentadura difícil, de fortuna rural. Pero me enseñó de todas formas a parecerle afable al mundo, a enseñar los dientes con amabilidad, a subir un poco las cejas para parecer buena persona en el momento adecuado. Mi padre me enseñó muchas cosas.
A lo que no me enseñó es a usar una tarjeta de crédito negra. Estoy ahora en medio de un atasco en un coche negro que conduce un tipo que no conozco pero que me trata con respeto excesivo. De joven vine a esta ciudad de turismo, con una mochila y unos pocos cientos, dos, para ser exactos. Lo cierto es que la ciudad no ha cambiado demasiado desde entonces, sigue siendo un hermoso decorado irreal a punto de ser cambiado para preparar la próxima función.
La vida se ha portado bien conmigo, tengo una reunión importante en 40 minutos y es sencillamente imposible llegar al paso que va la burra. Jugueteo con las monedas del bolsillo, tengo sueño y por lo tanto una erección descomunal. Miro la calle por la ventanilla. Hay muchas personas en el mundo y pocas tienen mi suerte, pero la mayoría tienen la belleza de la que yo carezco. Saco la billetera.
Hace un mes uno de esos clientes que me pone ceros y ceros en la cuenta me obsequió con una tarjeta negra. Bienvenido al club, me dijo, solo hay 2000 en el mundo como tú. La tarjeta pesa mucho, como si tuviera algo detrás pegado, pero detrás solo hay una banda magnética estrechísima. Recuerdo que cuando la vi me pareció una tarjeta de juguete como hay cigarrillos o pistolas de juguete. Me habló largo y tendido de sus ventajas: cobertura mundial de favores especiales, decía. De favores especiales.
Saco el teléfono móvil de la cartera y tecleo el largo número de teléfono. Una amable señorita me atiende. A veces cuando hablo por teléfono enseño los dientes y subo las cejas aunque nadie me esté viendo.; como si pudiera transmitirlo telepáticamente, me siento estúpido cuando lo pienso. Pido un helicóptero.
Le doy a una palanquita para bajar la ventana que separa el compartimento del conductor del mío y le digo con educación, pero con cierto tartamudeo de llevar tanto rato pensando en mi lengua, que me bajo allí.
Salgo del coche negro y casi corriendo me meto por la puerta de un rascacielos y después en un ascensor y después subo al ático. Se pone a llover de esa manera musical que tiene la lluvia a estas alturas. Un estruendo se acerca y me despeina. Se posa en el techo del edificio con la lentitud de una libélula. Le enseño la tarjeta al piloto, hombre con barba y arrugas en las sienes, hombre de haber bebido y follado lo bastante como para morirse a gusto y me subo al aparato.
Sobrevolamos la ciudad y la erección se mantiene, me siento un viejo hormonado que mira la ciudad como los pájaros.
A lo que no me enseñó es a usar una tarjeta de crédito negra. Estoy ahora en medio de un atasco en un coche negro que conduce un tipo que no conozco pero que me trata con respeto excesivo. De joven vine a esta ciudad de turismo, con una mochila y unos pocos cientos, dos, para ser exactos. Lo cierto es que la ciudad no ha cambiado demasiado desde entonces, sigue siendo un hermoso decorado irreal a punto de ser cambiado para preparar la próxima función.
La vida se ha portado bien conmigo, tengo una reunión importante en 40 minutos y es sencillamente imposible llegar al paso que va la burra. Jugueteo con las monedas del bolsillo, tengo sueño y por lo tanto una erección descomunal. Miro la calle por la ventanilla. Hay muchas personas en el mundo y pocas tienen mi suerte, pero la mayoría tienen la belleza de la que yo carezco. Saco la billetera.
Hace un mes uno de esos clientes que me pone ceros y ceros en la cuenta me obsequió con una tarjeta negra. Bienvenido al club, me dijo, solo hay 2000 en el mundo como tú. La tarjeta pesa mucho, como si tuviera algo detrás pegado, pero detrás solo hay una banda magnética estrechísima. Recuerdo que cuando la vi me pareció una tarjeta de juguete como hay cigarrillos o pistolas de juguete. Me habló largo y tendido de sus ventajas: cobertura mundial de favores especiales, decía. De favores especiales.
Saco el teléfono móvil de la cartera y tecleo el largo número de teléfono. Una amable señorita me atiende. A veces cuando hablo por teléfono enseño los dientes y subo las cejas aunque nadie me esté viendo.; como si pudiera transmitirlo telepáticamente, me siento estúpido cuando lo pienso. Pido un helicóptero.
Le doy a una palanquita para bajar la ventana que separa el compartimento del conductor del mío y le digo con educación, pero con cierto tartamudeo de llevar tanto rato pensando en mi lengua, que me bajo allí.
Salgo del coche negro y casi corriendo me meto por la puerta de un rascacielos y después en un ascensor y después subo al ático. Se pone a llover de esa manera musical que tiene la lluvia a estas alturas. Un estruendo se acerca y me despeina. Se posa en el techo del edificio con la lentitud de una libélula. Le enseño la tarjeta al piloto, hombre con barba y arrugas en las sienes, hombre de haber bebido y follado lo bastante como para morirse a gusto y me subo al aparato.
Sobrevolamos la ciudad y la erección se mantiene, me siento un viejo hormonado que mira la ciudad como los pájaros.
domingo, mayo 11, 2008
Cantamañanas
En mi vida he dicho muchas tonterías,
algunas de ellas
realmente me gustaba como
sonaban.
Ahora me asaltan
como un disparo de colonia
al despertar.
Cuando tengo resaca lo veo todo
por dentro
me siento un ingeniero
de todo lo absurdo
y triste.
Hay un espacio alegre
que envuelve todas esas cosas
que yo decía cuando era
una persona mejor
-todos éramos mejores personas,
más guapos también-
y a veces
como hoy
no recuerdo a quien se lo dije
aunque bien sabe Dios
que sospecho a quien.
Hoy es sábado.
algunas de ellas
realmente me gustaba como
sonaban.
Ahora me asaltan
como un disparo de colonia
al despertar.
Cuando tengo resaca lo veo todo
por dentro
me siento un ingeniero
de todo lo absurdo
y triste.
Hay un espacio alegre
que envuelve todas esas cosas
que yo decía cuando era
una persona mejor
-todos éramos mejores personas,
más guapos también-
y a veces
como hoy
no recuerdo a quien se lo dije
aunque bien sabe Dios
que sospecho a quien.
Hoy es sábado.
martes, abril 22, 2008
La cuadratura
Es una mujer gritona
es hábil
para dejar que todo sea el choque de trenes
para el que habíais nacido
grita mucho
después habla mucho también
-y fuma un poco-
dice cosas sobre las que
¡maldita sea!
querrías saber una mierda.
es hábil
para dejar que todo sea el choque de trenes
para el que habíais nacido
grita mucho
después habla mucho también
-y fuma un poco-
dice cosas sobre las que
¡maldita sea!
querrías saber una mierda.
domingo, abril 20, 2008
sábado, abril 19, 2008
domingo, abril 06, 2008
-
Ojalá
hubiera aprendido a leer
con las galletas de la suerte,
porque a escribir
-al menos la O-
aprendí practicando
con la lengua
donde tú ya sabes.
hubiera aprendido a leer
con las galletas de la suerte,
porque a escribir
-al menos la O-
aprendí practicando
con la lengua
donde tú ya sabes.
jueves, marzo 27, 2008
lunes, marzo 24, 2008
¿Qué tal la Semana Santa, escribiste mucho?
Johnny fue a la ciudad
montado en un pony
tiene una pluma en el gorro
y la llama macarroni
viernes, marzo 21, 2008
Fosa de las Marianas
La forma más pura de amor
es la oscuridad
-qué guapo estás hoy-.
He tocado la fosa de las Marianas
con mi nariz
y es mullida
como mi perrita cuando
le da por dormir conmigo.
Mañana me despertaré
como un lixiado
que cubre su mentira
con la bolsa escrotal
y sigue traicionando la memoria
de su padre
-como un rayo-.
Dormí aquella noche con mi madre
porque pensaba que a la semana
siguiente
estaríamos buscando bolsas de basura
para recoger este imperio
de bolas de chicle
en los pañitos,
sin embargo
me visto de corbata a diario,
bailo entre los charcos,
busco los apluasos y pienso en la vida
como una intención,
veo esto en los ojos
y sobre todo
en los besos de la gente.
es la oscuridad
-qué guapo estás hoy-.
He tocado la fosa de las Marianas
con mi nariz
y es mullida
como mi perrita cuando
le da por dormir conmigo.
Mañana me despertaré
como un lixiado
que cubre su mentira
con la bolsa escrotal
y sigue traicionando la memoria
de su padre
-como un rayo-.
Dormí aquella noche con mi madre
porque pensaba que a la semana
siguiente
estaríamos buscando bolsas de basura
para recoger este imperio
de bolas de chicle
en los pañitos,
sin embargo
me visto de corbata a diario,
bailo entre los charcos,
busco los apluasos y pienso en la vida
como una intención,
veo esto en los ojos
y sobre todo
en los besos de la gente.
domingo, marzo 09, 2008
Perdición
Te invito a conocer mi cama
[por dentro,
hoy vi a una mujer
que tenía las tetas como el brazo
de un gladiador.
Le he dado la vuelta al colchón
-por esta vida perra-
ahora me hace un daño dulce en la espalda
me espabila de una forma tan humana
que siento que me meo encima.
Es un desastre.
He perdido cualquier contacto
con la realidad
y el juego
no me hace ninguna gracia,
yo te quiero.
[por dentro,
hoy vi a una mujer
que tenía las tetas como el brazo
de un gladiador.
Le he dado la vuelta al colchón
-por esta vida perra-
ahora me hace un daño dulce en la espalda
me espabila de una forma tan humana
que siento que me meo encima.
Es un desastre.
He perdido cualquier contacto
con la realidad
y el juego
no me hace ninguna gracia,
yo te quiero.
lunes, febrero 11, 2008
Instrucciones para dormir en un coche
Usa la cabeza.
Bebe mucho alcohol, acuérdate de Leopoldo
mientras lo haces.
Acomódate contra el cristal,
ten cuidado de meter las clavijas del cinturón
[de seguridad
bien dentro
para que no sea una noche más infernal
aún.
Apoya la cabeza contra el cristal
tráete la almohada de casa, no compres
una,
te sentirás mejor.
Cierra los ojos
y piensa en los mejores momentos de tu vida,
muchos de ellos pasaron a esta misma hora.
Llámate poeta del sufrimiento
y duerme,
no cuentes con soñar cosas bonitas.
Bebe mucho alcohol, acuérdate de Leopoldo
mientras lo haces.
Acomódate contra el cristal,
ten cuidado de meter las clavijas del cinturón
[de seguridad
bien dentro
para que no sea una noche más infernal
aún.
Apoya la cabeza contra el cristal
tráete la almohada de casa, no compres
una,
te sentirás mejor.
Cierra los ojos
y piensa en los mejores momentos de tu vida,
muchos de ellos pasaron a esta misma hora.
Llámate poeta del sufrimiento
y duerme,
no cuentes con soñar cosas bonitas.
lunes, febrero 04, 2008
Seísmo
(...) aquellos ojos hablaban de la misión humana,
pero estaban cerrados.
Esta es la historia de una vida.
Nota del autor: Echo de menos mi antiguo nombre. Se lo oí a un colombiano que será ministro y casi me pongo a llorar. Espero que lo estéis pasando bien.
A más ver.
pero estaban cerrados.
Esta es la historia de una vida.
Nota del autor: Echo de menos mi antiguo nombre. Se lo oí a un colombiano que será ministro y casi me pongo a llorar. Espero que lo estéis pasando bien.
A más ver.